jueves, 21 de junio de 2018

LOS BRUJOS VOLANTES III

CAPITULO III

Chicago


LUNES, 22 DE MAYO


Tuvimos que estar levantados temprano por la mañana. Habíamos estimado que tan pronto como hubiéramos acabado el desayuno, diríamos adiós a la tienda de jamón y huevos, y una vez organizado nuestro equipaje tendríamos tiempo para ir en taxi a la terminal aérea de Nueva York, si queríamos que las cosas fueran de manera agradable. No queríamos dejar nada para el ultimo minuto. Goodliffe, como manager nuestro y responsable de conseguir que fuéramos juntos a la fiesta, se cortó el pelo como hacia en ocasiones como esta. Decía que se sentía como una gallina intentando reunir un grupo de polluelos.

Siempre en el momento crucial alguien se pierde y mientras las llamadas de teléfono agitadas se dan lugar en la sala apropiada, otro miembro de la fiesta se perdía. Sin embargo, llegamos a la  terminal y fuimos dirigidos donde un autobús limusina estaba esperando para tomar a todos los pasajeros y llevarlos al Aeropuerto de La Guardia, en Chicago.

Por alguna razón u otra, yo me encargué de conseguir los preliminares del equipaje, pesándolos y etiquetándolos completamente antes que los otros y, por eso, fui el primero en estar dentro del autobús. Me senté confortablemente en un asiento cerca de la parte frontal, al lado de lo que parecía ser un caballero de edad avanzada de una débil complexión, quien inmediatamente entró en conversación conmigo. Conversación no es puramente la palabra correcta; fue un monólogo. En menos de cinco minutos, ya sabía su nombre, donde vivía, cual era su profesión y, también, que estaba de paso por Chicago en su ruta por California. Yo también le comenté lo que estaba haciendo en Estados Unidos, pero escuchando mas de lo que pude hablar, ya que no me dio oportunidad.

Cuando paró para respirar, pensé que era mi oportunidad para tomar la palabra, pero mis seis compañeros entraron en el autobús juntos, liderados por Goodliffe y tomando su camino a los asientos traseros sin fijarse en mí. Hacían demasiado ruido, riendo todos juntos, lo que fue obvio para el resto de los pasajeros, incluyendo mi locuaz amigo, comentándome que no eran los viajeros usuales. Era aparente que su discurso era inglés. Fue demasiado para el hombre de edad avanzada. Se dirigió hacia mi y me dijo de manera confidencial:"Fiesta teatral, supongo. Creo que no pueden parar de hacer su actuación". Desde ese día pensé cuantas respuestas ocurrentes podía haber hecho, las cuales por una vez yo descarté por el hecho de ser también miembro de la fiesta y, al mismo tiempo, cuidarnos a ambos de cualquier conflicto (el tipo de comportamiento que Francis White hubiera hecho espontáneamente). Por el momento, sin embargo, no había pensado en nada, de manera que sencillamente sonreí tímidamente, de manera que parecía decirle a ese caballero amigo, más rápido que cualquier cosa, que él había "lanzado un ladrillo". En todos los eventos, cualquier sospecha que teníamos en esa dirección fue rápidamente confirmada cuando Tom Harris se fijó en mí y me llamó en voz alta, "Geoffrey¿que estás haciendo ahí?. Vuelve aquí y sé sociable". Con un leve murmullo diciendo "discúlpeme", acepté la invitación de Tom Harris con entusiasmo.

Después de haber cruzado el Atlántico, nos considerábamos viajeros aéreos; en comparación, el viaje de cuatro horas desde Nueva York a Chicago parecía sencillamente un salto corto. Yo estaba seguro, que sin embargo, acostumbrado a volar, tenia una cierta experiencia en la emoción de despegar, pero habiendo alcanzado altitud y habiendo recibido la señal de que los cinturones de seguridad debían ser sacados, el resto del vuelo se hizo un poco tedioso. En unos pocos minutos nos habíamos cansado e interesado en mirar a través de las ventanas por lo cual, estábamos ocupados en pasar el tiempo. Paula estaba contenta leyendo. John Ramsay estaba dormido y el resto de nosotros jugando a diversos juegos de azar, relegados a un lado solo a la hora de la comida. Esta atmósfera de aburrimiento, impaciente y acentuada probablemente por nuestra ansiedad de conseguir una serie de actuaciones arregladas para nosotros en el distrito de Chicago, y experimentamos un sentimiento de nostalgia cuando la jornada llegaba a su fin, por fin, tomamos un taxi a los edificios del aeropuerto.

Una vez más nos encontramos con las cámaras de la prensa e hicimos entrevistas para los periodistas del periódico. Una vez más, otra vez, nos encontramos con un comité de recepción compuesto de eminentes magos americanos, pero esta vez con una diferencia. Eran los responsables de la organización de la convención por la cual nosotros estábamos visitando Estados Unidos. Estuvieron las cuatro personalidades que hicieron nuestra gira posible, para acomodar a nuestro público y nuestras apariciones durante la primera quincena de la convención en sí misma.

El primero en agradecernos que viniéramos cuando bajamos del avión, fueron los presidentes de las dos sociedades, Dr. Harlan Tarbell, presidente nacional de la S.A.M.(Society of American Magicians) y W. Russell Walsh, presidente internacional de la I.B.M. (International Brotherhood of Magicians). Entonces, cuando saltamos nuestro obstáculo, el cuarteto fue completado por el comité de emergencia de la corona de Verne W. Uker, jefe general de la convención y Werner C. Dornfield, en quién residía la responsabilidad del completo entretenimiento durante el período de cuatro días de la convención.

No hay duda que Verne Uker era el hombre adecuado para la posición de jefe del comité de la convención. Su  probada habilidad en organizar industrialmente y su alta posición ejecutiva que  tenía en este campo, fue suficiente para garantizar que la junta de presidentes le solicitara que sobrellevara esta importante tarea. Así mismo, para Werner Dornfield, también parecía poseer todos los atributos necesarios para encajar en este trabajo en la convención; a primera vista como maestro de ceremonias, entrevistador y entretenimientos organizados de manera combinada, también y lo que es más importante recalcar, una brisa y personalidad positiva la cual te inspiraba a la confidencia y amistad.

Aquí no hubieron formalidades.

Desde el principio de los nombres cristianos (o debería decir sobrenombres), lo que fue la orden del día y de ahora en adelante, fue "Doc", "Russ", "Verne" y "Dorny", en intercambio para Paula, Francis, Tom, John, Max y Geoffrey. Una vez más, se nos ocurrió especular porque Goodliffe no daba nunca su nombre. Esto hubiera sido muy útil. Un periódico de Chicago lo llamo George; evidentemente el periodista, incapaz de entender que nadie pudiera ser llamado sencillamente Goodliffe, se dejó llevar por su inventiva y lo escribió. Pensamos que era una oportunidad maravillosa para suplir la deficiencia y "George Goodliffe" pareció estar de acuerdo. 

El cuartel general de la convención estaba en el Hotel Sherman, un tremendo edificio ocupando un bloque completo y que tenía 1700 habitaciones. La planta baja contenía una recepción, restaurantes,  bares y todo tipo de tiendas, y tenia también un almacén mágico. El hotel estaba especializado en servir comidas para convenciones y en el primer piso era donde se celebraban. Había una sala de baile enorme, capaz de albergar a mil personas para cenar, y alrededor había otras habitaciones lo suficientemente grandes para hacer exhibiciones de todo tipo. Cuando llegamos, se estaba celebrando otra convención. Alguna sociedad de fabricantes de máquinas automáticas, estaban divirtiéndose y las habitaciones del primer piso estaban todo el día sonando con monedas de máquinas tragaperras. Nuestras habitaciones estaban todas en el quinto piso y, a la manera de los grandes hoteles americanos, estaban todas numeradas del número 500 hacia arriba. Mi habitación era la 552, las habitaciones en el sexto piso estaban numeradas desde el 600, y así sucesivamente. Un sistema excelente y muy conveniente. Afortunadamente, nuestras habitaciones no tenían vistas a la calle, pero estaba en una área interna y de manera que nosotros éramos capaces de ir a dormir tarde por la mañana sin temor a ser molestados por el incesante ruido de coches y taxis, un hábito el cual el conductor americano está muy predispuesto a la más ligera provocación. Cualquier mago que va a una convención de magia sabrá que es muy afortunado si consigue irse a la cama antes de las 2 ó 3 de la mañana. Esto puede ser muy divertido en un período de cuatro días de convención en sí misma, pero nosotros habíamos tenido tres semanas de esas condiciones, de manera que si queríamos aparecer frescos ante nuestro público, teníamos que asegurarnos el hecho de poder dormir durante algunas horas del día.


MARTES, 23 DE MAYO

Hoy hemos empezado a trabajar; y quiero decir trabajar de verdad. La fiesta de hoy ha tenido dos espectáculos, uno en Chicago, el otro aproximadamente a 100 millas de distancia. La primera ha sido para el Rotary Club, en la sala de baile del Hotel Sherman. El Rotary Club Internacional número uno de Chicago; el primero y más grande Rotary Club del mundo. Aproximadamente, 600 miembros se sentaron a comer y nosotros fuimos sus invitados. Este público estaba esperando algo realmente bueno. Nuestras fotografías y publicidad fueron impresas en la revista mensual del club, la cual sin duda, reunió a un gran número de asistentes y nuestro programa y orden de aparición había sido cuidadosamente arreglado para dar un buen balance y para evitar cualquier sugerencia de duplicación en los efectos, siempre un peligro en un espectáculo en el que solo se hace magia.

Francis White fue nuestro maestro de ceremonias. John Ramsay acordó abrir el espectáculo con su novedoso acto en silencio, le seguí yo mismo con un efecto de carta apuñalada y posteriormente manipulación. Entonces Tom Harris, con su acto de magia cómica, Paula Baird con su magia artística con pañuelos y su popular habilidad en el acto con cartas y, finalmente, Goodliffe presentando la Pierna Cortada, usando la chica más bonita que el pudo encontrar como víctima. Francis, desde luego, realizó varios efectos entre cada uno de nosotros. La comida había acabado y la plataforma grande había sido limpiada para la acción, nuestro momento más esperado de todo el Tour había llegado. ¿Cómo podríamos grabarlo así? ¿Nuestro primer público en directo en los Estados Unidos? En una atmósfera inesperada, yo escuché una presentación por el Dr. Tarbell y entonces hizo crecer mi entusiasmo por "Dorny" y continuamos.

Mirando hacia atrás sobre lo que fue esta ocasión, es cuando uno puede ver la verdadera perspectiva, y ahora podemos ver que el éxito del resto de nuestro Tour dependió grandemente del resultado de este show en particular. Todo lo que sabíamos por el momento, sin embargo, fue que "habíamos llamado a la puerta", y aunque habíamos dudado e incluso no habíamos podido entender supongo que fue porque conocíamos nuestro estilo, nuestras maneras y nuestra manera de hablar que eran diferentes de los actos de magia americanos. No obstante, había también varias diferencias con respecto al público americano que nos encontraba más atractivos.

Nuestro segundo show durante este día fue en el club de campo de una pequeña ciudad conocida como Valparaiso, en el estado de Indiana, más o menos a 100 millas fuera de Chicago. No teníamos tiempo que perder, puesto que la jornada fue hecha en coche y fue una actuación por la noche, tuvimos el tiempo justo para empaquetar nuestro vestuario. Varios de nosotros conducimos en el coche de Dorny, y durante la jornada hablamos de manera confidencial acerca de nuestro esfuerzo en la comida del Rotary Club.

"Puedo deciros que sois buena gente", dijo. "Si tu maestro de ceremonias no ha ido bien esta tarde lo hemos arreglado con un pretexto u otro,  y yo he intentado sacar el trabajo hacia adelante para que el espectáculo de esta noche y el resto de los espectáculos os contraten".

"Pero", continuó. "Estaría encantado de deciros ahora que vuestro maestro de ceremonias Francis es el que toca esta noche y en las siguientes ocasiones".

No pienso que Francis White hubiera deseado cualquier tributo agradable por el hecho de haber tenido la dificultad de romper el hielo y ser nuestro primer maestro de ceremonias en el show en directo en U.S.A.

Ahora empiezo a entender el significado de esos pequeños murmullos de conversación que había oído hace tiempo y los he emparejado, he deducido largamente antes de que Dorny nos hablara, que él y los otros americanos estaban un poco ansiosos acerca de nuestras habilidades. Es bien conocido que Dorny nunca contrata un acto a menos que él lo haya visto anteriormente y aquí ha sido capaz de reunir y aceptar cinco actos, sencillamente por la palabra de Goodliffe que dijo que todo iría bien. En otro momento confidencial, Dorny nos dijo que él había estado bien y que había sido discutido por el comité antes de nuestra llegada y ellos habían llegado a la conclusión de que cualquiera que fuera nuestra magia, se podía probar a ver si gustaba, al menos por el hecho de hablar con acento inglés y, solo por eso, debería de ser atractivo para el público americano. Ellos no sabían que habían contratado a Tom Harris, desde Derby. Al menos los americanos lo entenderían y a la mayoría les gustaría. Recuerdo bien después de uno de nuestros shows que una señora vino hacia nosotros y nos dijo espontáneamente: "Me encanta escuchar la manera en que tus amigos hablan; te hacen sentir muy bien".

Espero y creo, que a ellos les guste nuestra magia también.

El público del Club de Campo de Valparaíso fue una mezcla de chicas, señores y adolescentes. Ellos estaban muy alegres, receptivos y eran muy educados, estaban fortalecidos por el tónico de nuestra recepción en la comida del Rotary Club (o fue esto lo que les maravilló puesto que esperaban que estuviéramos ahí de la misma manera). Cada acto fue recibido de manera entusiasta, pero creo que todos estamos de acuerdo que fue la noche de Tom Harris. El consiguió el chico ideal del público como ayudante, con acento americano, de manera que ninguno de los dos sabía lo que el otro dijo. Tom realmente hizo que nuestras actuaciones resurgieran de esta situación, para inmenso gozo del público. Este fue realmente uno de los puntos más altos del Tour y nosotros nos fuimos a la cama razonablemente temprano (2 a.m.) en unas muy buenas condiciones para relajar nuestra mente.


MIÉRCOLES,  24 DE MAYO

Se habían acordado dos compromisos más para nosotros en el día de hoy, ambos en el mismo lugar esta vez. El salón grande de la Escuela Mayor en Hinsdale, un precioso lugar en el suburbio de Chicago. Verne Uker había vivido cerca, de manera que supimos quién había sido el responsable de los acuerdos.

El primero de estos espectáculos fue después de comer, para los niños y cuando llegamos y, estábamos todos reunidos, había 500 niños de todas las edades. Pienso que cada jovenzuelo del vecindario estaba ahí. Habría podido oírlos desde tres bloques de distancia. Debido a la grandeza de los aparatos que necesitábamos para la magia para niños y a la dificultad de llevarlas en avión, ninguno de nosotros estaba bien preparado para este show. Dorny & Co., probablemente hicieran esto y se comprometieran con un mago americano para ayudar a que las cosas salieran bien. Su nombre era Bob Lotz, que había traído un acto especialmente para niños, que duraba al menos hora y media.

De nuestra fiesta, Francis White fue probablemente el mejor equipado con trucos que encajaban para niños y estuvo de acuerdo en hacer un acto individual. La comicidad de Tom Harris debería ir bien en cualquier sitio. Yo conseguí prestados los suficientes accesorios de la tienda de magia de Joe Berg para hacer la lección de magia de David Devant. Paula Baird decidió probar su acto de pañuelos y nudos y abanicos con cartas con florituras, a los cuales ella era adepta.

Las críticas dirán que las florituras con cartas no son buenas para entretener a los niños, pero los críticos solo existen para confundir y por la contribución de Paula solo tengo que decir que fue recibida por nuestro público juvenil con un gran clamor.

Francis White siguió a Bob Lotz en orden de aparición y sin conocer entonces los detalles de su acto, tomó la precaución de enviar a Goodliffe a las bambalinas para que saliera en el supuesto de que Bob hiciera cualquier juego que él también haría, o que Francis estuviera intentando realizar. El lector nobel de estas páginas entenderá que la duplicación de los efectos en todo programa de magia es uno de los más terribles pecados y teníamos que protegernos de esto. Yo obtuve una ovación de pie sintiéndome satisfecho de haber hecho lo que me tocaba. Cuando el siguiente diálogo se dio lugar entre Francis y Goodliffe:

Francis White, (ansiosamente): "¿Qué está haciendo ahora?"
Goodliffe: "La desaparición del vaso de leche".
F. W. (poniendo su propio aparato a un  lado): "Debo sacar esto"... 2 minutos. Entonces, más ansiosamente: "¿Qué está haciendo ahora?"
G.: "Pañuelos sacados del sombrero"
F. W.: "Bueno, esto fuera"... Pausa, entonces ahora más ansiosamente: "¿Qué está haciendo ahora?"
G.: "El periódico roto y recompuesto".
F. W.: "Eso fuera". "¿El está haciendo la carta en la naranja todavía?"
G.: "No. El está usando un limón".
F. W.: "Eso fuera". "Ahora solo falta que haga la bolsa y el huevo"

Afortunadamente, Bob Lotz no hizo la bolsa y el huevo, y Francis con sus recursos naturales fue capaz de hacerla.

Antes de la segunda actuación fuimos entretenidos de una manera encantadora en la casa de unos amigos de Verne Uker de Hinsdale. Desafortunadamente, yo he olvidado sus nombres, por lo cual espero ser perdonado. Este fue otro de los ejemplos de la hospitalidad abrumadora que recibimos donde fuera que íbamos y solo espero que si alguien de esa buena gente viene a Inglaterra, puedan mirarnos a la cara.

El show de la noche fue, desde luego, para adultos, mayormente los padres de los niños que habíamos entretenido después de comer. El salón estaba apiñado de capacidad; no había medidas de seguridad. Cuando los americanos deciden que hay algo que desean ver, ellos lo hacen a la fuerza y como si les gustara que les vieran, fueron generosos en sus aplausos hasta la extenuación. Creo que ellos deberían estar igualmente listos para permitirte saber si ellos lo hacen como tu. Afortunadamente, nosotros no experimentamos esto, pero nos sentimos seguros de que no hay una cosa tan bonita como un aplauso en América.

En esta ocasión no hubo ningún incidente excepto que yo noté que Francis White introdujo en su charla una nueva broma en su efecto de la Carta en la Naranja. Probablemente fue espontáneo, pero fue típico del material que él había usado y el cual a este tipo de público le gustaba. El caminó hacia adelante con tres naranjas en una bandeja e invitó a una chica de la fila frontal a elegir una. En esta ocasión una de las naranjas era muy grande y las otras dos realmente pequeñas. La chica parece que prefirió la grande, de manera que Francis remarcó: "Veo que has tomado la naranja americana y me has dejado con las dos inglesas".

Acabamos la fiesta en casa de Verne Uker, donde otra pequeña fiesta había sido preparada por la encantadora señora Uker. Otros amigos y personalidades mágicas estaban presentes, incluyendo a  "Okito" (Theo Bamberg) y Arthur Buckley con su su esposa, Helene, y su cuñada Madge, Francis Ireland y William Mayoh (Ho-Yam). Durante esta fiesta, la voz de cada uno de nosotros fue grabada en una grabadora de Verne en una entrevista conducida por Dorny en su inimitable manera. Goodliffe ahora tiene una copia de esta grabación y espero que sea posible preservarla para la perpetuidad, aunque solo incluyera la voz de Okito.


JUEVES, 25 DE MAYO

Los eventos ahora se empezaban a suceder incrementándose rápidamente uno con respecto al otro, puesto que la convención estaba cercana. Hicimos dos shows más este día; uno de ellos fue inesperado, y fuimos levantados de nuestras camas por Goodliffe a las nueve de la mañana con la información de que teníamos que estar listos en media hora para que nos llevasen a Winnetka para una comida en otro Rotary Club. Consideraciones aparte, sin embargo, esto bien valió el esfuerzo, si solo gozaramos de la conducción en coche a través de los preciosos suburbios de Chicago de Evanston, Wilmette y Kenlworth, a las orillas del lago Michigan. La segunda actuación fue en la tarde en el cuartel general del Club Moose. Bien podría haber 1000 miembros y amigos que estaban alojados en el salón, era casi un teatro y un exceso de gente de pie en las puertas de acceso y corredores laterales.

Cuando esto acabó, alrededor de las 22'30 horas, fuimos requeridos para visitar un restaurante y bar de licores, regentado por los hermanos Schulien, Matt y Ed. El bar de licores americano es lo más parecido a una casa pública inglesa, la principal diferencia es que en U.S.A. está abierto todo el día y, la mayor parte de los días, todas las noches también. Para mi esta visita fue el evento más interesante del día. Además, recorrimos el bar de licores donde Matt Schulien tiene otras dos actividades que le dan crédito, es un coleccionista; no de sellos, no de huevos de pájaros o mariposas; incluso tampoco de vitolas, nada generalmente común. Matt Schulien colecciona cascos de bombero. Todo tipo de nacionalidades de cascos de bombero cuelgan alrededor de los muros de su restaurante. A mi me gustaría saber como alguien se prepara para hacerse con una colección así. ¿Llama uno a varias estaciones de bomberos y pregunta por cascos que ya no se hacen servir, o atiende a todos los fuegos en el distrito para coger cascos los cuales han sido perdidos entre el nerviosismo o sabe él de otros espíritus parecidos que tienen el mismo hobbie, y que intercambian duplicados?

Lo primero y más importante, sin embargo, es que Matt Schulien es un mago de un nivel muy alto y esto le da la posibilidad de verle en acción, lo cual nos atrajo y no dudamos entre otras cosas en ir a su establecimiento.

Matt Schulien es un hombre grande, un hombre muy grande; de hecho, con un estilo tal que se podría definir "como la más grande cosa en magia", tiene unas enormes manos y es muy jovial. Lo que esas enormes manos pueden hacer con un mazo de cartas deja al público, y efectivamente a muchos magos, sin aliento. Cuando una fiesta ha acabado y sus comensales han terminado su comida, él vendrá y se sentará en sus mesas para entretenerlos. Cada efecto es acompañado por un giro humorístico típico de Matt Schulien. Fuimos afortunados de ser testigos de varias sesiones de este tipo, pero fue indudablemente uno por los cuales él es un renombrado artista, y que era el efecto en el que se tragaba un cuenco de peces dorados.

Si simplemente describes este efecto como los peces dorados que se tragan, puede sonar un poco repugnante, pero la manera en que el juego se realiza y el humor con el que Matt Schulien lo maneja para sacarle partido de esto, dispersa cualquier otro pensamiento de la mente del espectador, pero no entra dentro del espíritu desagradable que podría encerrar.

Imagínate una barra con los clientes todos sentados en un lado y Matt Schulien de pie, detrás. En un estante, un gran cuenco con una innumerable cantidad de peces dorados nadando dentro de el. Uno a uno los peces son tomados desde el cuenco y, aparentemente, tragados. Pero de repente, Matt toma uno y se lo ofrece a un cliente, con la invitación: "Toma un pez dorado", con las consiguientes risas del resto, la persona a la que le concierne lo rechazará, pero si lo conoce, aceptará la invitación. No es necesario decir que el pez será visto en la próxima actuación, nadando tranquilamente alrededor del cuenco como si nada hubiera ocurrido, pero todos los que vayan a Chicago, deberían decir: "¿Pagamos una visita a los Schulien?"


VIERNES, 26 DE MAYO

No teniendo nada que hacer en particular en el día de hoy, yo decidí disculparme con la llamada de la mañana y permitirme el lujo de dormir tanto como me fuera posible. Me encontré con que los otros tuvieron la misma idea, por lo que mis notas aquí solo remarcan, desayuno a las 12 del mediodía, comida a las 3 del mediodía. Mis planes para una largo sueño habían sido muy exitosos.

No deambulamos muy lejos del hotel durante el día de hoy y fuimos capaces de notar un cambio que rompía la atmósfera del lugar. Se fue tal como los hábitos normales de la gente; las máquinas automáticas y las tragaperras también habían desaparecido. En su lugar, un montón de actividad de diferentes tipos podía oírse y grupos de gente habían sido rápidamente vistos incrementando números de gente de pie alrededor de las salas del hotel o en las esquinas, un tanto precipitadas sobre algunos extranjeros con el requerimiento de: "Toma una carta" o "¿Has visto este?".

Los magos locos estaban tomando posición.

En caso de que alguna sociedad mágica esté reclutando nuevos miembros, debería ofenderse por estas palabras. Tengo que decir que ellos pronto aprenderán que los negocios en magia tienen que ser locos, de otra manera, tú deberías estar loco.

Esa tarde nosotros teníamos que estar "en la fiesta de la noche antes", una reconocida institución de cualquier convención mágica, en cualquier país del mundo que quiera mantenerse. En esta fiesta, algún tipo de entretenimiento se acuerda siempre para los que llegan al hotel la noche antes de que empiece la convención. No hay mago que pueda esperar largamente sin arreglar algo. Yo no debería sorprenderme si, pronto, alguna mente brillante organizara la fiesta de la noche antes de la noche anterior.

En esta tarde tan particular, un informal show mágico tuvo lugar en el gran salón de baile, donde un gran escenario alojaba a 700 u 800 personas que iban a reunirse. Durante este evento todos los miembros de nuestra fiesta fueron presentados al público americano y cada uno de nosotros realizó algún pequeño juego de magia.

Fue un placer para mi grabar la llegada de dos artistas británicos más, que eran Willane y June (la señora Willane). Willane, ayudado por June, tiene uno de los más elegantes y novedosos actos de magia cómica en este país y fue muy desafortunado que otros compromisos previnieran que estos grandes artistas estarían con nosotros hasta que la convención hubiera comenzado. No obstante, fueron presentados como miembros de la fiesta británica y, desde luego, tomaron parte en la gran actuación del teatro en la Calle Octava.



Saludos magi-cordiales y hasta el próximo mes.

Sinceramente,

F. Amílcar Riega i Bello





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