viernes, 21 de septiembre de 2018

PARA EMPEZAR CON BUEN PIE

Como es normal en cualquier obra que lleve el nombre de Dai Vernon, la cartomagia recopilada en este libro es de la mejor calidad, pero el esfuerzo de todos los que hemos colaborado para producirlo habría sido en vano si toda esta magia nunca transcendiese estas páginas. Por esa razón queremos dedicar este capítulo a ofrecer recomendaciones que ayuden al lector a transformar la palabra impresa en magia práctica.

Los magos son los primeros que reconocen que gran parte de toda la magia que aparece en los libros no se aprecia hasta que quizás alguien hace el esfuerzo de dominar un efecto concreto y se lo muestra a otros. Es entonces cuando el clamor empieza. "¡Maravilloso! ¿Dónde lo puedo comprar?", es lo que preguntan. Y casi siempre lo más probable es que quien pregunta posea el libro en el que se encuentra el efecto.

Cuando se procede a escribir la explicación de un juego resulta casi imposible encontrar palabras o expresiones que transmitan inmediatamente una imagen clara. Por más cuidado que uno ponga, el hecho de convertir algo visual en un montón de palabras produce a primera vista una impresión equivocada. Incluso explicar una maniobra sencilla que se ejecuta en unos segundos a menudo lleva varios párrafos, y cuando uno mira el conjunto de palabras, la mente imagina dificultades. Sólo cuando se estudia la explicación con detenimiento se empieza a disipar la niebla y se aprecia la simplicidad.

Somos conscientes de las dificultades que tienen muchos para aprender magia con libros, y por eso hemos intentado facilitar la tarea lo  máximo posible explicando todo lo que hace falta saber. Obviamente, hemos dado por sentado que el lector sabe manejar una baraja y que conoce lo elemental en materia de cortes, mezclas, etc,,  pero a partir de ahí no hemos escatimado detalles. No hay nada más molesto que leer "usa tu método favorito" cuando ni siquiera conoces uno, o que una explicación te remita a un libro que no posees. Tales prácticas son permisibles y convenientes en obras dirigidas a especialistas, y ciertamente no censuramos su uso, mas en un un libro que esperamos llegue a todos los magos, sentimos que hace falta más. Nuestra intención ha sido imitar lo más posible una clase particular, y para ello nos hemos ayudado de fotografías y dibujos. Aun así, para asegurarnos de que el texto era correcto y completo en sí mismo, le entregamos el borrador a Fred Lowe sin las fotografías. Su cometido consistió en hacer cada juego a partir de la explicación. A raíz de ello tuvimos que introducir ciertos cambios para aclarar el sentido de algunos pasajes.

Con esto sólo queremos que el lector sepa que toda la información que necesita está en el texto y que no hemos ahorrado esfuerzos para presentarla de la manera más clara. Por eso, puedes avanzar con total confianza.

A la hora de aprender, uno de los incentivos más importantes es saber que lo que se logre con el esfuerzo merecerá la pena. A este respecto podemos afirmar con convicción que el material contenido entre las pastas de este libro es cartomagia de primera clase, práctica, amena y probada ante público. Todos los efectos son creaciones del propio Dai Vernon o cuentan con su aprobación. Eso es lo que te garantiza que el tiempo que inviertas en dominar los efectos y en presentarlos te será recompensado con creces.

Cuando uno es consciente de que el material que estudia es el mismo que están presentado los mejores magos del mundo, la reacción natural es preguntarse si quizá no quedará más allá de la propia capacidad. No sería justo, ni desde luego bueno para los lectores, escatimar esfuerzos, pero podemos afirmar sin temor a equivocarnos que siempre y cuando uno esté dispuesto a ensayar, cualquiera con una inteligencia y una habilidad normales puede presentar lo que aquí se explica. Algunos pases y rutinas son  más fáciles que otros, pero, salvo contadas excepciones, no hay nada que pueda considerarse realmente difícil. Incluso en los casos de mayor dificultad, todo es cuestión de ensayo: el éxito es el premio inevitable del que está dispuesto a esforzarse; de eso puedes estar seguro. Lo único que explica que una persona normal sea capaz de hacer lo que otro no puede es la cantidad de esfuerzo que ha invertido en ello. Dicho de otro modo: el verdadero secreto es el ensayo, y aquí nos puede ser útil distinguir entre ensayo productivo y no productivo.

A menudo la lección se aprende mejor cuando a uno se le dice lo que no tiene que hacer, sobre todo si se pueden ver o ilustras las consecuencias del procedimiento equivocado. Para explicarlo, veamos por ejemplo, primero, lo que ocurre a veces cuando alguien decide aprender y ensayar un juego de magia y, después, las tentaciones, distracciones y dificultades contra las que hay que protegerse.

Imagina que te acabas de comprar un libro que encuentras en él un efecto de esos que hay que presentar. Pero antes tienes que aprenderlo y ensayarlo. Cuando llega el momento, vas a la página en concreto y empiezas a leer. Digamos que se trata de un juego de cartas. Obviamente, vas a necesitar una baraja, y es aquí donde empiezan los problemas. Abres un cajón para sacar las cartas y encima de ellas ves una cuerda que te hace acordarte de aquel juego que Jorge te hizo la otra noche en el club de magos. Dijo que lo había sacado del Greater Magic. Vas a la estantería y coges tu ejemplar de Greater Magic. Al pasar las páginas para llegar al juego, ves una ilustración de un pase con bolas de billar que llevas mucho tiempo queriendo practicar. Vuelves al cajón y hallas tres bolas, pero te falta la cascarilla, por más que buscas no consigues encontrarla. Pero has encontrado esos dos pañuelos de colores que vendrían estupendamente para ese juego viste por la televisión la otra noche. Y a propósito de televisión: ya va a empezar ese programa que no te querías perder... ¿Hace falta que sigamos? ¿Exageramos? Bueno, quizá un poco, pero uno puede pasarse la noche entera sin haber hecho nada que mereciese realmente la pena. La magia es algo fascinante y a menudo el entusiasmo se convierte en nuestro enemigo si no sabemos controlarlo.

La solución es ser disciplinado y eliminar las tentaciones y distracciones que nos hacen malgastar el tiempo. Si puedes, métete en una habitación en la que sepas que vas a estar solo, lleva nada más que los artículos que vayas a necesitar, por ejemplo las instrucciones y una baraja, y siéntate a una mesa que no tenga nada encima. Proponte estudiar y practicar un juego (y sólo uno). Sé disciplinado y concéntrate. Muchos magos profesionales siguen este procedimiento, pues se han dado cuenta de que uno tiene que poner toda la atención si quiere obtener resultados. Cuando estaba de gira, el doctor Elliot solía reservar dos habitaciones en cada hotel. A petición suya, una de ellas, que utilizaba sólo para ensayar, tenía que tener una mesa, una silla y poco mobiliario más; así podía dejar en la otra todo lo que necesitaba para el día a día y retirarse a la habitación de ensayo, donde nada lo distraía. Otra de las reglas que se imponía era practicar todos los juegos tanto de pie como sentado.

En El libro de Dai Vernon, Dai Vernon decía lo siguiente a propósito del ensayo: "¿Por qué tanto gente tiene miedo a ensayar? El ensayo debe ser, y es, algo placentero, puesto que de su mano llega el placer y la satisfacción del logro. El logro resulta gratificante para todos, y es el ensayo lo que hace que uno termine alcanzando cosas que merecen la pena, tanto para uno mismo como para los demás. Si la habilidad y el ingenio se adquiriesen gratuitamente, de poco servirían. ¿Te puedo proponer un experimento? Cuando quieras, quédate a solas y ponte a mejorar una técnica o un pase que hayas aprendido. Juega con él, intenta mejorarlo incorporando tus propias ideas. Persiste; te sorprenderá ver cómo vuela el tiempo. Al final, los progresos que has hecho te producirán un extraordinario sentimiento de satisfacción. Lo que consigas, por poco que sea, y por ser fruto del ensayo, siempre resultará gratificante; eso será lo que haga del ensayo algo placentero. Quienes sean incapaces de encontrar placer y satisfacción en el ensayo y no estén dispuestos a invertir el tiempo, la reflexión y la energía necesarios por considerarlo fastidioso, sepan que la magia no es para ellos. Más vale que se busquen otro  pasatiempo".

Cuando ensayes, no quieras ir demasiado deprisa. Ve paso a paso y comprende todo bien antes continuar. Ten las cartas en la mano y ensaya los pases como están explicados. Querer avanzar con demasiada rapidez confunde al cerebro y retrasa el progreso. Al leer una explicación por primera vez, parece que hay que seguir un montón de instrucciones complicadas y memorizar largas secuencias de acciones, pero si se va entendiendo la rutina por partes, el plan general se aclara y las piezas del rompecabezas comienzan a encajar. De hecho, el orden y la finalidad de las acciones se recuerdan más fácilmente, ya que éstas se suceden en una secuencia lógica.

Estudia el texto junto con las fotografías teniendo en cuenta que en algunos casos ha hecho falta colocar las manos en posiciones no del todo correctas para que la cámara pudiera captar el detalle de lo que se quería mostrar. Al probar con las cartas en la mano lo corregirás tú solo.

Las mejores barajas para este tipo de magia son las que tiene una orla blanca por el borde del dorso; las que no la tienen no convienen. Cuando hay que levantar o mover dos cartas como una sola, la orla blanca ayuda a camuflar cualquier pequeña irregularidad en caso de que no estén perfectamente cuadradas.

Las cartas deben estar fabricadas en cartulina flexible pero elástica, de  modo que puedan recuperar su forma original aunque las dobles al manipular. Las cartas de buena calidad se deslizan una a una fácilmente y con suavidad al abrir la baraja entre las manos. Las de algunas marcas baratas son gruesas, se pegan al hacer extensiones o abanicos y dan problemas cuando se quiere levantar con limpieza sólo una.

No te compliques las cosas usando cartas de mala calidad; paga un poco más y no intentes ahorrar trabajando con la misma baraja hasta que esté inservible. Incluso las cartas de mejor calidad pierden sus propiedades con el uso prolongado.

Al principio procura que las propias cartas te ayuden. Después, cuando hayas adquirido la habilidad y la confianza suficientes, podrás manejar cartas que no sean del todo ideales, pues para entonces ya serás capaz de superar las dificultades que te presentarán algunas barajas prestadas.

No practiques mucho tiempo sin hacer un descanso. Las manos se fatigan pronto al ejecutar movimientos a los que no están acostumbradas. Si te sudan las manos, parar de vez en cuando te ayudará a remediarlo y evitará que se ensucien las cartas.

Como regla general, conviene ensayar siempre con barajas de tamaño normal. así uno está siempre preparado para trabajar con ellas en caso de que para el juego en cuestión haga falta o sea mejor usar cartas prestadas. De este modo pasar de utilizar una baraja normal a utilizar una de tamaño de bridge no supondrá dificultades, mientras que si uno se acostumbra a trabajar únicamente con cartas pequeñas tendrá problemas cuando sólo disponga de cartas de tamaño normal.

Tanto Dai Vernon como el resto de los magos cuyas rutinas se recogen en los libros han dedicado mucho tiempo de estudio, reflexión y ensayo para alcanzar el resultado final. Con esta idea en mente, esté el lector seguro de que todas las acciones tienen su razón de ser y, por consiguiente, lo mejor es probar las rutinas tal y como vienen explicadas. No obstante, conviene recordar que lo importante es que resulten amenas, y que las técnicas son sólo elementos secundarios pero necesarios. Si un pase te da problemas o prefieres otro que conoces y que sirve para lo mismo, no hay ningún inconveniente en que modifiques la rutina para adaptarla a ti. Más tarde o más temprano uno siempre acaba por querer aportar algo propio a lo que hace, y mejor que sea así, porque además de la satisfacción que te reportará tu propia originalidad, todo que uno hace según su propio estilo siempre queda más natural.

Citando de nuevo a Dai Vernon; "Sé natural. A lo que me refiero es a ser 'tú mismo'. Mira a cualquier mago bueno y date cuenta de lo cómodo que se siente al no estar haciendo cosas que no le son naturales. No intenta ser Cardini, Slydini o ninguno de los otros "grandes". A lo mejor ha aprendido un montón a base de ver a otros artistas y leer sobre ellos, pero ha adaptado los juegos para que le sienten como un guante. Será un maestro en los juegos que ha adaptado para sí mismo y no intentará hacerse encajar dentro de juegos pensados para otros. Cada una de las acciones que lleva a cabo le es propia, le es natural. Si coge un objeto para hacer que desparezca, no lo hace teniendo en cuenta sólo la posición requerida para el pase en cuestión, sino que habrá modificado la técnica de manera que al cogerlo como a él resulta natural le quede en la posición correcta para hacerlo desaparecer.

"Habrá muchos a los que les cueste entender qué quiero decir cuando digo que hay que ser natural. Es muy importante que las acciones que se lleven a cabo al ejecutar una técnica sean naturales, pero ser natural también significa ser uno mismo. Si cuando trabajas tu estilo es informal, trabajarás como te sientas, sin intentar imitar a nadie a menos que esté interpretando un papel. No hay que entender esta naturalidad en un sentido restringido, sino amplio. Hay que aplicarla a todo, no sólo a las técnicas, sino a cualquier cosa que se haga."

Como dijimos al principio, hemos incluido este artículo con el fin de ayudar al lector a extraer el máximo provecho y disfrute de la magia que encontrará en los libros. Los veteranos entusiastas de la cartomagia ya conocen todo que hemos dicho, así que si por ellos fuese habríamos suprimido este artículo. Quizá la mayor lección que se puede aprender es a disfrutar aprendiendo. Cuando uno siente placer y satisfacción la primera vez que consigue algo que merece la pena a fuerza de practicar, ha ganado la primer batalla. A partir de ahí ensayar resulta tan agradable como cualquier otro aspecto de la magia, y será ensayando como conseguirás que los juegos de los libros salgan de sus páginas para entrar en tus actuaciones.

Hasta el próximo mes amig@s.

Francesc-Amílcar Riega i Bello

Texto extraído de la versión castellana, publicada en el año 2006 por Editorial Páginas, del libro de Dai Vernon "Ultimate card secrets" y con el consentimiento, de Laura Avilés, propietaria de los derechos de autor en castellano.

PD; Los que no tengáis esta tetralogía de Dai Vernon, os aconsejo que la compréis cuanto antes, pues quedan pocos ejemplares a la venta. Interesados dirigirse a: www.librosdemagia.com