jueves, 21 de enero de 2021

COLECTIVOS VULNERABLES

En primer lugar, desearos a todos que estéis bien de salud y que esta segunda ola de la pandemia no haya afectado a ninguno de vosotros. Tenemos que estar prevenidos para una tercera ola, que será más virulenta y más infecciosa en su transmisión, así que espero y deseo toméis las precauciones necesarias que las autoridades sanitarias nos brindan en sus informaciones y consejos. Este último año ha sido muy duro. Todos hemos conocido a amigos que han pasado un difícil trance o que nos han dejado, lamentablemente. Ellos son los auténticos héroes de esta pandemia. Quisiera desde esta líneas agradecer a los sanitarios de vocación, el tremendo esfuerzo que han hecho desde los comienzos con su solidaridad, humanidad y trato para con todos los afectados. Dicho esto, paso a detallaros mis opiniones sobre lo que puede ser este nuevo año, intentando ser lo más optimista posible.

Hasta ahora el hecho de protegerse con mascarilla, lavándonos las manos frecuentemente y respetando las distancias de seguridad, han sido efectivas en la mayoría de los casos. Por lo tanto, debemos seguir con estas medidas durante este siguiente año por precaución y respeto a nuestros semejantes y como medida ética, como amor propio que debemos tener. Si bien es cierto que ya tenemos vacuna para este terrible virus, tenemos que seguir extremando las precauciones hasta que las autoridades sanitarias nos dicten los parámetros necesarios para poder bajar la guardia, cosa que no será en breve gobierne quien gobierne. Es muy difícil gestionar tantos aspectos sociales a la vez y de una manera competente. Y cada uno es responsable de su propia solidaridad para con la comunidad y sociedad en la que vivimos y con los sanitarios, que están haciendo un trabajo impagable y no desfallecen en su voluntad de erradicar de una vez por todas esta maldita pandemia.

Los colectivos más vulnerables son, sin duda, la gente con factores de riesgo y la gente mayor, a los que debemos preservar, puesto que son los que han levantado económica y socialmente esta sociedad que felizmente hemos disfrutado hasta hace poco.

Es cierto que la clase política ha cometido excesos de corrupción, tráfico de influencias, malversación de fondos y que la mayoría de nosotras ya no creemos en ella. No obstante, ya no es por ellos, sino por nosotros mismos que debemos luchar por conservar la integridad individual y ser lo más solidarios posibles, ayudando a la gente que no tiene recursos. Solo el hecho de hacer ostentación de riqueza, es una falta de respeto para con estos colectivos que viven día a día y no saben lo que les deparará el futuro. Cada uno, desde el lugar que nos corresponde, debemos al menos intentar ayudar en lugar de adoptar posiciones negativas y contraproducentes para con el resto de la sociedad. Intentar salir de casa lo menos posible y si se hace que sea realmente para gestionar lo realmente imprescindible. También es cierto que es importante socializar lo máximo posible mientras se está confinado y nosotros, personalmente, lo que hacemos es llamar por teléfono, que hoy en día no cuesta dinero puesto que la mayoría de nosotros tenemos tarifa plana y hablar con nuestros amigos y familiares lo más a menudo posible, tanto como terapia personal como para hacerles ver a los demás que no están solos en esta empresa difícil de gestionar por las instituciones.

Si tenéis la oportunidad, también podéis hacer videoconferencias a través de las diversas plataformas de las que hoy en día disponemos, para que esta socialización sea lo más personal e íntima posible. Es una manera de suplir, en la medida de lo posible, los encuentros presenciales y dar calor humano a todos aquellos que, o bien viven solos, o no tienen oportunidad de salir en muchas ocasiones a la calle a hacer deporte, caminar o hacer ejercicio en sus diversas modalidades. Esta última acción es necesaria y fundamental para que, además del frío que nos ataca, refuerza el sistema inmunológico y nos hace más fuertes mentalmente, cuestión imprescindible para afrontar el día a día en estos tiempos difíciles. 

Hay índices que demuestran que durante estos confinamientos la gente se refugia en la lectura. Es una buena opción para los que no pueden salir de casa, tienen una edad avanzada o algún tipo de limitación física o psíquica. Es importante también mantenerse activo dentro de las labores domésticas y ayudar en la medida de lo posible a nuestras parejas, que son las que llevan la carga casi en su totalidad de las labores domésticas.

Mantener una dieta sana y equilibrada, hacer ejercicio, es algo que he puesto en práctica últimamente. La verdad sea dicha, que me ha ido muy bien y me siento, física y mentalmente, más fuerte que antes. Además de todas estas indicaciones, es bueno reflexionar o en su defecto meditar sobre lo que haremos al salir de esta grave situación, puesto que debe haber después de esta un renacimiento de la cultura como comunidad humana que somos. Esto nos hará mas precavidos, mas reflexivos y mas efectivos, si cabe, en los nuevos proyectos que vendrán en un futuro y que seguro harán que nuestra nueva normalidad tenga que ser mejor que antes de la pandemia.

Recapacitemos y no nos olvidemos que, de la misma manera que nuestros padres y abuelos nos dejaron una sociedad en herencia saludable, nosotros debemos dejar a nuestros descendientes unas condiciones de vida mejores que las que nos hemos encontrado por medio de dicha herencia. Así pues, os recomiendo fomentar esta solidaridad de la que os hablaba al principio, porque entre todos juntos estoy seguro que saldremos adelante.


Hasta el próximo mes amig@s.

Francesc-Amílcar Riega i Bello